IV
Temprano se han marchado las estrellas.
Qué absoluto silencio.
Ya la niebla y la noche
conspiran por las calles del otoño
Desde cualquier ventana
otros labios sellados
degustan mi derrota.
V
Surge noviembre, triste y silencioso,
sobre el muelle de junco.
Las olas se acurrucan.
Por si acaso el invierno se adelanta
y las sorprende.
Solas y desnudas.
¡Bello!
ResponderEliminarGracias, Amaia
EliminarAñoranza, nostalgia, tristeza en esos versos tan bellos, Elvira. Eres toda sutilidad, sensibilidad. Felicidades una vez más por ese regalo de poesía.
ResponderEliminarMuchas gracias, Loli
EliminarEste blog es pura belleza....
ResponderEliminarEspero que sigas visitándolo. Muchas gracias, Nuria
EliminarProgresa cuantitativamente.
ResponderEliminarY en belleza.
Un abrazo, mi querida Txaro.
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