Música Insobornable

viernes, 30 de mayo de 2014

EXTRACTO DE REGALIZ (2)

Cuando alguien deja una huella tan profunda y fértil...


BLANCO Y NEGRO

Con el alba insolente y un cigarro encendido,
sonreía.
Por el pasillo largo y sinuoso
bordeaba la alfombra,
hasta el cuarto de baño o la cocina.
Yo le oía silbar la Marcha Turca,
canjeando los restos de mi sueño,
por un aroma dulce de cariño y café.
Mirábamos al sol y al almanaque
con el mismo rigor cada mañana.
A las ocho y tres cuartos
transformábamos juntos
el paisaje de otoño,
derramando poemas
por charcos y adoquines.
Junto a Bécquer, Machado o Aleixandre
me llevaba al colegio.
Al borde del paraguas
volvíamos despacio,
descifrando letreros fluorescentes,
contando con los pies hasta cincuenta.
En la inmensa trastienda de sus gafas,
se escondían los duendes y la música,
la silueta del mar
y unos fértiles ojos azulados.
A veces olvidaba entre mis libros
un verso manuscrito, una hoja seca
o un tenue subrayado bajo el texto.
A menudo le escucho todavía,
sonreír entre Mozart y el café.
Cruza la madrugada,
y sus alas sortean
los cuadros blanco y negro del pasillo.

©elvira vicente bernabéu (Extracto de Regaliz)


6 comentarios:

  1. Una maravilla, Elvira, de poema. Evocas con exquisitas metáforas esa cotidianeidad de tu infancia, donde tu abuelo te iba imbuyendo de poesía y de música. Gracias por traernos esos momentos, ese recuerdo, que sigue tan vivo. Un abrazo y felicidades una vez más.

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    1. Aún ahora, después de mucho tiempo de su paso por este plano, sigue silbando sapiencia desde el recuerdo imborrable. Gracias por pasar y dejar este bello comentario, Loli.

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  2. Yo me siento tan identificada con esa nieta...
    Extracto de extractos, esencia de esencias...y abuelos únicos!
    Gracias, poeta!!!

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    1. Único, inolvidable, maravilloso y siempre actual en mi vivir. Gracias, Txaro.

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  3. Recuerdo haberte dicho la admiración que me producía que existieran abuelos como el tuyo. El te transmitió, además de su cariño, el conocimiento de la música clásica, de la poesía...Sí, fuiste muy afortunada Elvira. El poema precioso: "Cruza la madrugada, y sus alas sortean los cuadros blanco y negro del pasillo." ¿Qué mejor ángel puede tenerse cerca? Un abrazo. Rosa GM.

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    1. Desde muy pequeña me hablaron en todas partes del ángel de la guarda, siempre decían que existían de verdad...yo lo supe realmente cuando descubrí que el mío, tenía nombre y apellidos...José Bernabéu Martí. Muchas gracias por pasar y dejarme este precioso comentario, Rosa

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